Salina Turda en Rumania. Salt Mines in Rumania
¡Bajar, bajar, bajar y BAJAR! Hoy bajamos cerca de 120 metros bajo superficie para conocer un poco la historia de las minas de Tundra escavadas desde el S. XVII y el nuevo Museo de la Historia de la Minería de la Sal Integral construido en las propias minas.
La sedimentación de sal se llevó a cabo en las cuencas marinas aisladas, en el clima cálido y húmedo, con tendencias vagas hacia la sequedad, por razones de una evolución tectónica subsidence. La posterior actividad tectónica de la cuenca determinó la formación de pliegues largos orientados NS, situados en el oeste y al este de la meseta de Transilvania, en el eje de las cuales la sal se concentra en forma de diamante.
El depósito de sal de Turda pertenece al frente occidental que se desarrolló a partir de Maramures, en el norte, hasta Sibiu en el sur. Situada en la parte norte-este de la ciudad el depósito tiene una superficie de unos 45 kilómetros cuadrados, mientras que el espesor medio de la capa de sal es de alrededor de 250 metros. En la zona axial el espesor promedio de sal va a más de 1.200 metros .
La explotación continua del depósito de sal, al principio a través de la minería de superficie y más tarde en la profundidad, se inició durante la ocupación romana de Dacia, que tiene una función económica importante en el desarrollo del inicio Potaissa. De la explotación romana se pueden observar en el microplateau de los Spas salados. Las explotaciones romanas eran de forma rectangular, en una cantera con escaleras.
Ahora parte de la propia estructura de las minas de sal fue convertida en el Museo de la Historia de la Minería de la Sal Integral. Podemos bajar por los antiguos canales verticales que antes transportaban la sal y tener la experiencia de esta gigantesca estructura bajo tierra. Ya dentro de la mina, disfrutamos de un ambiente de temperatura constante entre 11-12 grados y sin presencia alguna de bacterias, un microclima perfecto para disfrutar la visita.
El museo contempla tres de las antiguas minas: la mina Terezia de 120 metros de profundidad, la mina Anton a 108 metros y la mina Rudolf a 42 metros. En los canales de estos pozos se puede percibir las capas en las rocas dejadas años tras años de explotación.
Ya en la planta baja, el Museo cuenta con una serie de espacios que fueron realizados a partir de las estructuras originales: anfiteatro, zona de deporte, campo minigolf, pista de bolos, una rueda de la fortuna y barcos que recorren el lago subterráneo. Casi como un pequeño parque de atracciones subterráneo.
El paseo en el interior del museo tiene el trazado laberíntico de los túneles que fueron conservados a lo largo de historia de la mina. Los nuevos volúmenes del museo fueron construidos utilizando madera, metal y luz artificial. Las luces recrean las antiguas maquinarias dando al ambiente un aire más cálido a la vez que respecta espacio cavernoso.