por Patricia Ferreira Lopes
Acabo de recibir cuatro sellos con imágenes que hacen referencia a la cultura ferroviaria. Y gustaría de compartir con vosotros estas imágenes y otras ideas que estoy intentando aclarar con respecto a la fuerza que ha tenido (y sigue teniendo) la «imagen de la locomotora«.
En estos cuatro sellos – dos de ellos aparecen el dibujo de «la máquina locomotora», es decir, sin contextualización, unicamente las locomotoras, sin vías, sin personas, sin estaciones – uno es de 1982 con la imagen de la locomotora de Santa Fe y el otro es de 1988 con la imagen del ferrocarril España-Cuba de 1937. Los otros dos sellos, que son ambos de los años 80, ya son distintos, ahí el ferrocarril aparece en la estación, verse los raíles y los «pasajeros» que esperan y los que van de viaje.
Curioso, ¿no? Esto me ha hecho ir un poco más allá y detenerme en el campo de la fotografía para ver cómo era retratado pelas cameras la cultura ferroviaria. No quiero hacer un análisis profundo – por lo menos de momento – pero, teniendo en cuenta las imágenes de Jeremy Wiseman (voy a detenerme de momento en este autor) que ha trabajado mucho en el sur de España entre los años 50 – 70, podríamos ver que la locomotora y los tranvías son los protagonistas de sus fotografías. Así, en gran parte de las fotografías que contemplan – las estaciones, los puentes, los talleres o los paisajes – por ejemplo, está siempre presente la locomotora. Así, hasta podría afirmar que en la obra de Wiseman[1], «la máquina» como él mismo llama, es sin duda objeto principal de su retina.
El entusiasmo por la nova invención mecánica es retratado tanto en las fotografías como en los propios sellos de la época. El ferrocarril fue el símbolo más expresivo del siglo XIX. En España, el sistema ferroviario consiguió proveer la unificación del territorio – la relación hombre y naturaleza es cambiada- la accesibilidad al campo promovió el proceso de integración de tal manera que pudo «lograr el antiguo deseo de reducir el espacio y el tiempo»[2].
¿Y hoy? Se fueras retratar la cultura ferroviaria ¿cómo lo harías? Las respuestas son innúmeras. Pero sin duda van a depender de tus experiencias, de tus aficiones. Como yo decía antes, todavía hay grandes aficionados por el tema de las locomotoras. No obstante, «la maquina» es apenas uno de los personajes de este gran «mundo ferroviario». Su protagonismo puede ser explicado quizás porque fue el que más representó la llegada del progreso en aquella época, o quizás por su forma y diversidad de modelos que llamaban la atención. Pero hay también la admiración por «la maquina», no por el objeto en sí mismo, sino por las posibilidades que ella podría permitir – «La enorme admiración por el ferrocarril iba acompañada del vago terror de lo sublime tal como pudiera producirlo el espectáculo de una catarata o de la más alta cumbre»[3]. Era como se en un viaje pudieras descubrir tierras, gentes, cosas, nunca antes vistas.
Y si vamos un poquito más allá – ¿Cómo sacar la camera y buscar una imagen que retrate la cultura ferroviaria de una vía que ya no existe? Es sabido que el paisaje está en constante cambio, pero ¿cómo crear una narrativa, una lectura sin perder nada de lo esencial? ¿Cómo narrar el patrimonio ferroviario, ahora ya sin sus locomotoras, sin sus poblados, sin sus actividades? Imagino que esa tarea tiene un objetivo más allá de lo de informar o documentar. Parte de la sensibilidad del autor, parte de la comprensión del contexto e imagen que el autor crea, parte del autor saber el por qué hace las cosas. Comprender el por qué de la belleza de la ruina en el cual el tiempo ha sido su gran escultor es quizás uno de los caminos para entender lo esencial de este patrimonio.
[1] En este caso estamos teniendo en cuenta la publicación de Jeremy Wiseman, «Trenes y tranvías en el sur de España».
[2] Litvak, L. (1991). El tiempo de los trenes: El paisaje español en el arte y la literatura del realismo (1849-1918). Barcelona: Ediciones del Serbal.p. 184
[3] Litvak, L. (1991). El tiempo de los trenes: El paisaje español en el arte y la literatura del realismo (1849-1918). Barcelona: Ediciones del Serbal.p. 186
3 respuestas a “La locomotora y el progreso. Imágenes de la cultura ferroviaria”